Ayer partí jubiloso en la nave de sueños
surcando oleaje que augura amor sosegado
tú, mi estrella, mi guía, mi brisa, mi camino;
el cielo que ampara la inmensidad del infinito.
El puerto atrás en las redes del pasado
arrojo el calendario con el anhelo de sanar,
que el viento que susurras apacigüe mi tempestad
y tus besos cálidos desprendan las agujas del tiempo.
Remoto es el sendero de lo triste
pues con tu pincel de fibras angelicales
has dibujado en mi alma un paisaje exuberante
rebosante de armonía, pasión y color.
Conforme el navío acaricia tu encantado océano
escribo enamorado ilusionado en tu destino
famoso paraje de gracia infinita
en el que serás mi amante, mi reina y mi mujer.
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