Abogar por un sentido,
extraerse de una calma suscrita a la penumbra
de la vida.
Soñar con un tiempo perdido
despertar estando aún más perdido.
Conocer las letras, es tener más herramientas
de tortura.
Más técnicas de sangrado.
Descoser el alma.
Ayer, cuando nos encontramos en una sombra,
nos dijimos tantas cosas para soñar
continuamente y sin descanso.
Cuando la almohada nos trajo el recuerdo de
una noche que nunca terminó,
entendimos que todo fue la realidad,
y la
realidad apesta,
cuando no somos más que un trozo de carne.
Entonces , es vital despojarnos de la piel,
salir volando y pensar en llegar al lugar
en el que no alcanza el viento para respirar,
las frases son interminables,
los alfabetos son carentes de vocales,
y el nombre de Dios es el designio para
destruirlo todo.